miércoles, 5 de diciembre de 2007

NOBLEZA Y BRAVURA



Desde que un día de Primavera me parieran en un paradisiaco lugar, un caserío llamado Llonguera, mi desarrollo físico y mental discurre interactuando con el medio que me es cercano, y por tanto, querido. Se desarrolla en simbiosis, en perfecta armonía y entendimiento entre la naturaleza y la construcción de, mi yo, entendiendo en todo momento la aportación que cada parte debe al todo. Siempre me costo trabajo entender la agresión a la vida del mundo animal para desarrollar mi esistencia. Pero la costumbre, el estudio y conocimiento de la morfología y fisiología del cuerpo humano, me llevan a comprender, a duras penas, que nuestro desarrollo y mantenimiento físico necesita un determinado aporte de vitaminas y proteinas que nos son cedidas por el mundo animal. La naturaleza nos ha dotado de un aparato digestivo y una herramienta que nos sitúa en un grupo que denominamos "omnívoro", un grupo preparado para dotarse del sustento en todo aquello que la naturaleza nos ofrece. Por ello, puedo entender y admitir, aúnque con un pequeño resquemor, la necesidad de utilizar como una parte de nuestro aporte alimenticio el mundo animal. Pero en ningún caso puedo admitir que en base a determinados intereses económicos, en base a las alabanzas a planteamientos irracionales en nuestras tradiciones, en nuestros festejos y nuestros entretenimientos, justifiquemos la agresión al mundo animal.

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